Es final de año, toca hacer balance, repasar, mejorar… esas cosas que ya saben. Y lo cierto es que la realidad me desborda, enfrentarse a los números no es fácil, pero hacerlo a tus barreras es más complicado aún. Me ha costado bastante enfrentarme a ciertas cosas y aceptarlas como propias. Pero esto de lanzarse es lo que tiene, hay que ir apartando ramas para poder ir haciendo un camino.
Así que en ello estamos, en parar, observar y recalcular. El año que viene promete magia, así que vamos a por ella.
Te propongo una idea: escribe en una hoja todo lo que te gustaría que te pasara este año, con toooodos los detalles que se te ocurran, cuantos más mejor. Vívela, imagínate en esa vida que estás escribiendo, en esas situaciones que estás describiendo. Después déjala en un lugar que veas bastante frecuentemente, de vez en cuando párate a releerla. Sin darte cuenta, el tener todas estas ideas rondando por tu cabeza hará que tus decisiones te vayan acercando más que si no te acordaras de ellas. Si al final del año que viene la vuelves a leer quedarás impresionada.
¿Te apuntas?
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