Vamos a por las etiquetas

Creo que ha llegado la hora de hablar de un tema serio, las etiquetas de los alimentos. Me parece algo con lo que nos tenemos que familiarizar y entender mínimamente, porque si no nos engañan. Si, nos engañan, tal cual. Porque lo que de verdad importa de todo lo que ponga en el paquete es el listado de ingredientes y la tabla de composición nutricional, el resto es humo. Todo lo demás es pura decoración, luces navideñas para que subas en su atracción y no en otra.

Por eso es tan importante. Te cuento las cosas más fundamentales a saber, desde mi punto de vista. El listado de ingredientes es mejor que sea más corto que largo, los ingredientes están puestos de más abundantes en el producto a menos (por lo que si la harina es el primero será el más predominante, por ejemplo) y los que están resaltados en negrita son los alérgenos presentes en el producto. La tabla de composición de alimentos nos sirve para comparar mucho mejor dos opciones parecidas. Lo ideal es mirar la composición cada 100g para ser más exactos, pero luego ser realistas con el tamaño de porción que comeremos, que no siempre será igual.

Como idea general, esto es lo más importante. Saber también que, normalmente, los dulces que promocionan sin azúcar suelen llevar más grasa que su versión “normal” y los que son más “light” normalmente llevan más azúcar. Al final, para que un producto sea palatable (esta palabreja es: que esté bueno de sabor y con textura apetecible) implica que suele llevar azúcar, sal y/o grasa en cantidad elevada. Y la industria quiere vender y para esto tienen que crear productos bien de palatabilidad (si sabe a cartón no repito).  Con lo cual, lo más importante es por lo menos tener claro por qué lo estoy eligiendo, que no sea por el reclamo que pone delante, porque, aunque lo vendan como más saludable que otras opciones no implica que sea mejor.

Para mí lo fundamental, es que cualquiera de estos productos, con tanta etiqueta y una lista de ingredientes larga, no sea habitual en nuestra forma de comer. Si es algo esporádico (realmente esporádico ¬¬), elige el que más te guste y no te compliques. Pero si todavía no lo es, si forma parte de tu compra habitual, intenta ir aumentando los días que tardas en comprarlo. Cuanto menos lo compre menos lo como 🙂. En cualquiera de los dos casos, que sea un producto u otro no es tan relevante, elige el que prefieras por tus gustos.

Lo realmente importante es que sueles comer de forma habitual, no tanto la marca o el reclamo que nos quieran vender. Lo mejor para que sea saludable, no es cambiar la marca del producto, es comer saludable de verdad y evitar que estos productos estén en nuestro día a día.

Pero en caso de necesitar controlar algún parámetro nutricional específico, es bueno saber cómo identificarlo y compararlo, entender cómo funciona a grosso modo el “mundo etiquetario” es importante cuando tienes que estar alerta por algún ingrediente en concreto.

Si tienes alguna duda respecto a las etiquetas o alguna composición en concreto, puedes contactarme sin problema, que te ayudo encantada. En casos más específicos se puede complicar la cosa y así le damos un poco más de luz.

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