Estar para ti

Cuesta mucho soltar, lo sé.

Yo soy la primera que tiene una batalla con eso.

Pero cada uno tiene que hacer su proceso, su camino. Y que tú intentes “ayudar” a alguien no significa que esa persona quiera ser “ayudada”.

Esto te lo digo porque para mí ha sido un aprendizaje muy grande. Tú no te puedes dejar de lado porque alguien te necesite. Y no puedes dar por hecho que te necesita porque esa persona esté mal.

En todo caso, podemos acompañar a quien así lo quiera en su proceso, podemos darle nuestra confianza y nuestro apoyo, pero el camino es de cada uno. Tú no puedes andar el de otra persona, tú solo puedes andar el tuyo.

Y si dejas de andar tu camino por estar para alguien, te vas hundiendo en el vacío más absoluto, va volviéndose todo cada vez un poco más oscuro, menos alegre y más solitario.

Hasta que te rompes.

Y ahí solo te quedan dos opciones, continuar con el empeño perdiendo cada vez más trocitos en el proceso, o recoger los trozos que puedas y reconstruirte. Una vez más.

Siempre puedes volver a empezar. Y cada vez llevas más aprendizaje, más costra hecha.

Por eso, cada vez más, vas soltando lo que no puedes sostener antes de que te arrastre.

Yo tengo que estar para mí y si eso no lo mantengo, no puedo estar para nadie porque me habré hundido, y peleando por respirar es difícil echarle una cuerda a otr@.

Deja un comentario