Cada cual lo suyo

Verás, me pasa desde que acabé la carrera, pero últimamente ha vuelto a darse más a menudo. Cuando la gente se entera a que me dedico, les empieza a sorprender cualquier elección de comida que haga. Que si un día almuerzo tostadas, “jolín como te cuidas”, que si otro día almuerzo avena con fruta, “claro, como no, la nutricionista”, que si un día me como un dulce, “uuuy, ¿tu comiendo eso?”.

Al final, da igual lo que elija comer, siempre hay alguien que opina sobre lo que como. Y puede que a ti te pase lo mismo o que seas tú quien hace esos comentarios.

Pero no sabemos lo que hay detrás de cada decisión. En mi caso, es más bien aleatorio, según me apetece e intentando ser sana. Pero no todo el mundo está igual.

Yo tuve una temporada que solo podía comer tostadas. SOLO. No era una elección, no quería adelgazar, ni lo hacía por ningún motivo voluntario. Me sentaba mal todo lo que comiera que no fueran unas tostadas con aceite.

Ahora imagínate hacerle un comentario así a alguien que está comiendo algo que no puede elegir o que lo decide enfrentándose a circunstancias muy complicadas… ¿que derecho tenemos a juzgar lo que hace?

Puede que esa persona tenga una relación complicada con la comida, con un comentario al respecto, se la estamos complicando sin ningún motivo.

Antes de valorar lo que alguien va a comer, plantéate que igual ese alguien no se encuentra bien, está en una época muy difícil o está luchando contra un trastorno alimentario.

Detrás de un plato hay una persona, con su vida, sus circunstancias y sus problemas.

Si por el contrario tu eres la persona que recibe esos comentarios, y tus elecciones de comida vienen dadas por circunstancias complicadas, por favor busca ayuda si la necesitas.

Deja un comentario