A veces las oportunidades aparecen, pero normalmente estamos tan metidos en nuestra vida habitual, en nuestra rutina, que se nos pasan y no nos damos cuenta. Cuando a mí me aparece una suele implicar que me mueve el suelo, que es algo que no estoy acostumbrada a hacer y que, si me dejara llevar por mi inercia, no haría.
Coger la oportunidad de vivir algo único, especial y puede que irrepetible (nunca sabes que pasará mañana), es algo que nos saca de nuestra zona, que nos pone el mundo un poco patas arriba y nos desordena lo justo la vida. Y ahí, precisamente, es donde reside gran parte de su magia. Nos saca de nuestra rutina, de nuestra vida monótona en la que sabes que haces cada día de la semana y casi hasta lo que comes o la gente a la que ves.
Por eso implica un querer aprovechar cada minuto, cada buena idea que se te aparezca, porque nuestra inercia nos aleja, tenemos que estar alerta para no dejarlas pasar. Para exprimir cada opción fabulosa que se nos presente y no dejarnos guiar por nuestra comodidad, para tener recuerdos memorables y muchas experiencias que contar.
Déjate llevar, vive despeinada, disfruta de cada minuto y sal de esa rutina que nos apaga por dentro 🙃
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