¿Cuánto es suficiente?

¿Suficiente de qué? En general, de todo.

Pero no como algo malo, es el haber alcanzado lo que quería y no necesitar más.

Porque algo que no solemos hacer muy a menudo es pararnos a pensar si tenemos suficiente de algo. Entramos en una lucha sin fin de conseguir siempre un peldaño más, y cuando lo alcanzamos otro y otro… ¿y si llegara un punto en el que yo no necesito más? ¿Y si tengo suficiente?

Creo que es un punto importante pararse de vez en cuando y hacer esta reflexión. Porque, que yo quiera seguir subiendo escalones tiene un coste personal. Para poder llegar al siguiente escalón tendré menos tiempo con la gente que quiero, podré disfrutar menos de lo que me gusta hacer, en resumen, mi calidad de vida se puede ver resentida.

Cuando yo aprendo a ver qué cantidad de algo es suficiente para mí, podré ser consciente del momento en el que llego a tenerla (también de comida). Sino tengo ese concepto integrado nunca tendré bastante de lo que sea, comeré sin saciarme, trabajaré sin límite, nunca tendré bastante dinero o ropa o …. Y al final la meta nunca llega, porque siempre la estamos alejando, la vamos moviendo cuando nos acercamos. Por lo que no llegamos a disfrutar del objetivo conseguido, enseguida nos ponemos a pensar que no tenemos el siguiente, pero no disfrutamos este.

Y ahí hipotecamos nuestra vida, nuestro tiempo, algo que nadie nos puede devolver, por objetos, por cosas, por estatus… que, aunque estén bien, puede que yo no los necesite. Creo que vernos y reconocernos hasta donde estamos dispuestos a llegar o que es lo prioritario para nosotros, lo que nos mueve, hace que podamos invertir nuestros esfuerzos y focalizarnos en lo que realmente sea importante para cada uno de nosotros.

No tenemos que compartir objetivo, ni forma de ver las cosas, solo enfocarnos en lo que a cada uno le mueve las tripas por dentro. Ese es mi logro a conseguir y cuando llegue, ¿tendré suficiente?

Deja un comentario