Cada cuerpo es un mundo y en muchas cosas funciona diferente, por eso la mayoría de veces la respuesta en nutrición es “depende”. Tenemos que contextualizar mucho las cosas y saber cómo es el resto de circunstancias que rodean el motivo que nos consultan.
Esto lo digo porque conocerse es muy importante, nadie mejor que tú puede saber cómo funcionas. Pero para saberlo tienes que estar atento.
Yo hay días que ya voy sabiendo que para mí será normal tener más hambre o menos, momentos en los que tendré más sueño o más sed. Ya los voy identificando, me voy conociendo. Esto es fruto de tiempo de escucha, de sentirse y aprenderse.
Ahora que me voy entendiendo un poco más, me ayuda a darme lo que necesito. Puedo preparar el día acorde a lo que imagino que me demandará el cuerpo. Si hoy va a ser un día de más hambre, me llevo más comida sana que luego por ahí es difícil encontrarla; si hoy voy a tener más sueño, me dejo huecos para poder descansar un poco más, o cancelo algo si puedo; si voy a tener más sed, me llevo agua suficiente…
Luego puede que sea un día normal y corriente. Pero organizar mi día, sabiendo que esto es fácil que hoy se dé por las circunstancias que hay, y por como mi cuerpo reacciona habitualmente a ellas; a mí me ayuda a fluir más con lo que mi cuerpo necesita en ese momento, de una manera sana y natural. Sin forzarle, permitiéndole y respetándole.
Siento que me cuido cuando puedo responder a su necesidad de una forma sana.
Cada día es diferente y tiene sus circunstancias.
Los días de uno en uno, por favor.
