Ponte un objetivo

Ayer fue la Maratón en la ciudad en la que vivo. Es un evento que hasta hace unos años desconocía, había visto algo por la televisión, pero nunca la había visto en vivo. Y no puede dejar de impresionarme. Soy consciente que no a todo el mundo le gusta, correr es algo peculiar y ver correr puede ser aburrido, te tiene que gustar.

Pero te confieso que desde que vi la primera carrera me tiene enganchada, fue lo que me motivó a correr definitivamente. Esa emoción que da ver a la gente conseguir un objetivo por el que han luchado tanto, por el que se llevan esforzando tanto tiempo…

¡Y lo que debe ser correr una maratón! No me lo puedo imaginar, ¡¡si yo con menos ya lo vivo a flor de piel!!

También es cierto, que cuando sabes lo que cuesta un kilómetro más, ese entrenamiento en invierno a las 6 de la mañana o ese marcharte de una cena porque tu entrenas al día siguiente; todo eso lo valoras mucho más y lo ves diferente. Porque sabes que tooooda esa gente que ves pasar tiene una ilusión enorme por lo que están haciendo y se han esforzado durante meses para llegar ahí, están cumpliendo su objetivo.

Y al final, se trata de eso, de marcarnos objetivos (aunque a veces parezcan sueños) y perseguirlos y pelearlos, por muy lejos que se vean. Porque puede que no lo consigas en un día, pero ¿quién dice que no lo puedes conseguir? Si algo me ha enseñado correr es que puedes conseguir todo lo que te propongas, solo depende de cuánto estés dispuesto a “entrenar”. Me ha ensañado mucho a conocerme y a retarme, a aprender a enfrentarme a mis miedos.

No somos tan diferentes, lo clave en todo esto es marcarte un objetivo que te mueva, que te haga levantarte, uno que te llene de ilusión la mirada. Puedes empezar con objetivos más pequeñitos, más “fáciles” de alcanzar, lo que equivaldría a una carrera de 5 kilómetros para empezar. Pero la satisfacción que te da cruzar esa meta, sentir que lo has conseguido, que puedes… eso lo puedes aplicar objetivo que sea. Y la felicidad que da, el subidón de llegar, de poder, es inigualable y te acabas enganchando 😉

P.D: cuando yo vi correr una carrera por primera vez no corría y me veía incapaz de hacer ninguna, ni siquiera una de menos de 5 kilómetros. Aun así, la emoción que me dio ver a la gente llegar, me hizo empezar mi aventura y pensar siempre que “a lo mejor algún día…” y aquí estamos, años después y planteándome un gran objetivo para el año que viene.

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