Cambiar es mejor poco a poco

A veces me encuentro trabajando con gente muy motivada, con muchas ganas de hacer cambios en sus hábitos y en su vida. Es maravilloso trabajar con gente así, pero a veces es una trampa que no vemos.

Cuando uno tiene muchas ganas de mejorar y de hacer cambios quiere comerse el mundo y hacerlo todo y ya. Pero eso tiene el peligro de no ser algo sostenible en el tiempo, si altero demasiado mi forma de vida actual. Muchas veces pasa, el cambio de hábitos es tan radical que no lo puedo mantener a lo largo de los meses, y lo que al principio nos parecía una opción maravillosa acaba convirtiéndose en la causa de abandono.

Es bueno gestionar esa motivación para no perderla toda en el primer kilómetro, esto es una carrera de fondo y tenemos que llegar a la meta para conseguir esa vida que queremos. Tenemos que dosificarnos e ir modificando los hábitos de uno en uno, y no pasar al siguiente hasta haberlo instaurado en nuestra rutina diaria.

Soy consciente de que parece un camino más largo, que da pereza hacerlo así, que yo lo que quiero es cambiar ya… Lo entiendo, pero créeme que a veces la opción que parece más larga es la más corta. Porque si yo no lo puedo sostener y acabo volviendo a todo lo anterior, habrá que volver a empezar y el camino será el doble. Paciencia, ánimo y constancia, pero se puede. Dosifícate y si no sabes o no quieres hacerlo solo busca ayuda profesional.

Deja un comentario