Te planteo una pregunta… ¿qué haces cuando alguien te quiere culpar de su vida o de su sufrimiento?
Yo hasta hace un tiempo me habría sentido mal, culpable claro, ¿pero que es la culpa?
Hace ya bastante tiempo una persona muy sabia me dijo que la culpa es lo que uno hace sabiendo que hace daño, que si no es responsabilidad, pero no culpa.
Por lo que, desde ese punto de vista, si yo no he actuado conscientemente para herir a nadie, no tengo motivos para sentirme culpable.
Una vez hemos desterrado la culpa, vamos a por la segunda parte. ¿Realmente yo soy responsable de la vida o sufrimiento de otra persona?
Cuando una persona reprime su dolor, sus necesidades, y no expresa sus inquietudes… ¿es mi responsabilidad? Porque en ese caso podría ser responsable de miles de sufrimientos y de miles de vidas.
Yo con los años, el trabajo y el crecimiento personal he aprendido que mi responsabilidad, única y exclusivamente es cuidarme a mí, que no es poco. Es decir lo que a mí me duele, decir lo que yo necesito y expresar mis inquietudes. Esto que en principio parece poca cosa, a mí me parece un trabajo increíble, para mí no ha sido y no es fácil (al menos, no siempre). Por lo que, si además tengo que saber todo lo que necesitan todos los que me rodean o me explota la cabeza o acabo cazando moscas, una de dos.
Creo sinceramente, que si cada uno nos responsabilizamos de nosotros mismos y decimos lo que sentimos o necesitamos, las relaciones se simplifican. No hace falta andar adivinando lo que el otro parece que siente, eso no da buen resultado. Cuando uno dice claramente lo que necesita y habla con sinceridad de lo que siente, la otra persona no corre el riesgo de malinterpretar, de no llegar a entender las suspicacias o las insinuaciones.
Si algo te duele, dímelo e intentamos arreglarlo, pero no lo puedo adivinar…
Es mi forma de verlo (reflexiones de un domingo).
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