De repente pluf!!

Sin saber por qué tengo muchas ganas de comida chatarra, pienso que no soy capaz de controlarme, que no tengo fuerza de voluntad suficiente.

Yo se que comer y que no, no entiendo lo que pasa. Decido que no vuelvo a comprar tanto chocolate en una sola compra, pero al día siguiente me encuentro repitiendo la situación.

¿Será ansiedad? Pues no me encuentro tan mal.

¿Serán las hormonas? Pues no estos días.

¿Será sueño? Últimamente no duermo tan mal.

y que será?

Así pasan los días, los meses… y me doy rabia, me frustro, me enfado conmigo.

Hasta que un día decido coger las riendas, decido dejar ir a las cosas que me dañan. Porque no estar tan mal no es lo mismo que estar bien. Y yo elijo estar bien.

Eso implica alejarme de gente tóxica, pues me alejo.

Eso implica tirar cosas que no uso, pues se tiran.

Eso implica dejar un trabajo, pues lo dejo.

Y de repente, pluf!

Se fueron las ganas de comida chatarra, me apetece moverme, comer sano, dormir bien.

Me estoy cuidando. Empezó con una decisión, pero ha sacudido todo mi mundo.

Cuando te cuidas, te quieres, y alguien a quien quieres no le das de comer cualquier cosa.

Deja un comentario