Hay días en los que la vida es una bola grande y negra, nada tiene sentido y no puedes ver la forma de salir de ahí. Hay días en que respirar cuesta.
En esos momentos no se trata de volver a tener un cielo radiante sobre tu cabeza como antes, se trata de poder respirar un poquito mejor cada día. Ir deshaciendo con mimo y cariño esa bola negra que te invade y que te aprieta el cuerpo.
Cuando bajamos la exigencia y nos permitimos estar mal hay algo por dentro que se relaja. Y no se trata de quedarme a vivir aquí, se trata de salir de esto pero ayudándome yo también, no poniéndome obstáculos y dándome golpes para que cueste mas.
Hay días en los que la vida es una bola grande y negra que irá deshaciéndose y clareando poco a poco.
Hay días en que nada tiene sentido y voy a tener que seguir igual, por lo que voy a buscarlo hasta que lo vuelva a tener.
Hay días que no puedes ver la forma de salir, pero pasito a pasito irás saliendo. Toda montaña se sube dando pasos.
Hay días en que respirar cuesta si, pero sigues viva.