La importancia de los tiempos

¿Sabías que el tiempo a la hora de comer es muy importante? No, no si está nublado o hace sol 😜, el tiempo que tardas comiendo y el que dejas pasar entre comidas.

Normalmente comemos muy rápido y sin apenas masticar, para poco rato después comer algo más.

Lo que tardemos en comer es proporcional al tipo de digestión que haremos. Al masticar bien un alimento estamos empezando su digestión, lo estamos deshaciendo y mezclando con la saliva, lo que hace que después en el estómago funcione todo más fácil. Cuando no masticamos apenas, los alimentos llegan al estómago casi enteros y todo ese trabajo sin hacer le toca hacerlo al estómago, produciendo una digestión más complicada, lenta y pesada.

Esto a su vez implica que comamos más lento (porque estamos masticando más), lo que nos llevará también a darnos cuenta de forma más sencilla de nuestra saciedad y de cuando no comer más.

Después de comer rápido y tragar trozos casi enteros, al poco rato, decidimos comer algo más. Es el momento típico de “tengo antojo de…” Pero nuestro estómago todavía está peleando con lo que le hemos dado cuando decidimos añadir más alimento a esa digestión. Nuestro sistema digestivo no descansa, no para de trabajar durante el día y esto nos puede llevar a un problema digestivo, a malestar o a digestiones incómodas de forma habitual.

Para evitar que esto pase, es importante comer despacio y masticar bien, dejar pasar el suficiente rato entre comidas como para tener hambre (de la fisiológica), no solo antojo, y dejar descansar el sistema digestivo bastante por la noche, lo que se traduce en cenar muy temprano.

Esto te asegura un mejor funcionamiento de tu sistema digestivo e intestinal, unas mejores digestiones y una mejor relación con la comida.

Deja un comentario