¡Yo quiero bajar de peso!

Esto es algo que me dice mucha gente en las situaciones más extrañas, te sorprenderías seguro. Pero el caso es que es algo de lo más común, es algo que atormenta a mucha gente. Parece un reto imposible de conseguir en la gran mayoría de los casos, a mí me lo pareció durante mucho tiempo. Era como si nada de lo que yo hiciera conseguía hacerme bajar de peso, por más que sintiera que me estaba esforzando.

Pero al final, todo ese esfuerzo que hacía, me llevaba a pensar constantemente en qué comía y esto (desde el cariño te lo digo) es de todo menos sano.

Porque si yo me paso todo el día pendiente de qué como y cuántas calorías tiene lo que como, lo último a lo que estoy atendiendo es a mi cuerpo. Estoy generando una relación muy dañina con la comida, porque su utilidad de alimentarme y nutrirme es lo menos importante para mí, cuando debería ser la base de nuestros motivos para comer.

Para empezar, lo primero a lo que tenemos que mirar es a nuestro estómago, a cómo nos sienta eso que comemos. ¿Me está saciando lo que como? ¿Me mantiene bien alimentada, tengo suficiente energía?

Después, podemos centrarnos en la calidad nutricional de lo que comemos. Esto que suena muy pomposo, es algo bastante conocido. Mejor comer más alimentos y menos productos procesados, disminuir todo lo posible esos “caprichos” en forma comestible que nos damos y empezar a dárnoslos fuera de la alimentación.

Con esos dos cambios podemos conseguir grandes avances, solo cambiando la calidad nutricional el cuerpo lo notaremos más deshinchado y como consecuencia probablemente también disminuiremos el peso. Si, además, una vez hecho esto, me centro en cómo de saciado está mi cuerpo es doble combo, porque voy a ir aprendiendo a saber cuándo tengo que parar de comer porque mi cuerpo ya tenga bastante, y eso es vital para poder comer de todo y desterrar la idea de que hace falta vivir a base de hojas de lechuga para poder conseguir tu objetivo (que por cierto es algo de lo más contraproducente).

De todas formas y ante cualquier duda, siempre es mejor acudir a un Dietista-Nutricionista titulado que te asesore y te guíe si ha llegado tu momento de cambiar y no quieres hacer más dietas. Como en todo, hay muchas formas de trabajar y de enfocar un tratamiento dietético. Busca siempre el enfoque que se acople a ti y a lo que quieres, pregunta sin temor la titulación de la persona por la que te dejas acompañar en caso de hacerlo… y a por ello!! 😉

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